14 feb 2013

 
Llevábamos algo más de un mes esperándolo, alimentando las ganas, calentando motores, y finalmente se produjo. Después de sacudir las tierras transandinas, Juantxo Skalari, cantante y compositor de Skalariak y The Kluba, aterrizaba entre nosotrxs, armado con su guitarra y su fuego de revolución en forma de “Mensajes, anti-canciones y poemas de kalle”. Ése es el título de la nueva aventura que venía a compartir, vivir y realimentar en Latinoamérica, un proyecto nacido y crecido de forma participativa a través de Verkami, una interesante manera de conectar directamente y sin intermediarixs a lxs artistas con sus seguidorxs. En este caso, un libro que recoge una faceta menos conocida de Juantxo, sus poemas de kalle, vertiente lírica causante de no pocas de sus canciones, junto con una revisión fotográfica de toda su carrera, 18 años skatalitikos (1994-2012) de la mano de las mencionadas bandas Skalariak y The Kluba, dos de los mejores exponentes del ska vasco de las últimas décadas, y una recopilación en CD de temas de ambas bandas, con sus correspondientes letras recogidas en el tercer bloque del libro.

Juantxo venía, por tanto, a ratificar esa más que probada mayoría de edad musical en un formato poco convencional para el ska: encuentros directos con el público, mano a mano, en un formato acústico propicio para la intimidad y la comprensión de la forma más natural en la que los temas suelen irse tejiendo: voz y guitarra, sin mayores artificios. Encuentros directos porque, como Juantxo recalcaba, del público dependía completar las canciones y darles toda su intensidad; de su participación activa cantando, coreando, bailando, llenando espacio y atmósfera con sudor, aliento, cerveza y un poquito de marihuana. Y el público lo entendió y asumió su papel perfectamente, a tenor de lo visto y vivido en los dos recitales que nos dejó.
El primero fue en La Cultura del Barrio, un espacio pequeño, familiar, que realiza una insustituible labor en el aguante a la cultura oi!, ska, skin y punk antifascista en el corazón de Villa Crespo. Sin duda, Juantxo jugaba en terreno fértil, las ansias de la gente se sentían ya días antes, y estallaron en cuanto Juantxo apareció por allá. Si bien lo fundamental aquí es la música, es imposible no destacar la cercanía del músico con todx aquel/la que quiso acercarse, sacarse fotos, contarle su vida y milagros, compartir su fernet-cola, cerveza o material fumable. Juantxo se dejaba llevar por la pasión y el cariño de la gente allí congregada y, como pago, en un atestado recinto algo aliviado por un enorme ventilador, la gente, después de que los chicos de Reskatate dieran un breve recital introductorio, también se dejó llevar sin condiciones por la guitarra y la voz que iban deshilando los temas de tiempos medios, más adecuados para ese formato. Himnos ska que ya forman parte de nuestros genes. Personalmente, me tocó especialmente la fibra escuchar un tema con un contenido especialmente sensible en la lengua originaria de la tierra que comparto con Juantxo, cuando de su garganta fue brotando la letra de “Emakume askea... lur askea” (“Mujer libre... tierra libre”). Una de las imágenes más sorprendentes quizá fuera ver cómo se formaban los pogos en un concierto acústico. La gente completaba en su imaginación la orquestación que faltaba en ese poco usual formato. La Cultura del Barrio estallaba y había tiempo hasta para la improvisación de la mano de Agustín, uno de los chicos del lugar, que subía al escenario y prendía su guitarra eléctrica para arrastrar a Juantxo en un par de temas fuera de programa. La presencia mapuche y la reivindicación de la lucha de todos los pueblos originarios fueron otros de los ingredientes que nos pusieron la piel de gallina, dotando al recital de una dimensión inesperada pero felizmente complementaria. Pueblos vasco y mapuche tienen muchos lazos aún insuficientemente explorados.
El segundo concierto, en el Salón Pueyrredón, tampoco defraudó. Después de que Las Putas de San Julián, interesante banda muy a tener en cuenta, y la más conocida Puerkospin, con ese buen hacer y esa energía que continuamente me traían a la cabeza grandes bandas como Reincidentes, calentaran el ambiente. Juantxo quizá albergara algunas dudas sobre el efecto que podría tener en el público él solo con su guitarra, después de dos conciertos de intenso punk con toda su descarga eléctrica. Sin embargo, con un Salón abarrotado, la respuesta nuevamente no se hizo esperar. Tras presentar su libro y explicar un poco las razones del formato acústico y de su nueva aventura, los primeros acordes de guitarra fueron poniendo en movimiento a lxs allá reunidos y el ska fue inundando la sala, coreado por entregadas gargantas. Los pogos se repetían de nuevo, el ambiente se calentaba. No sé donde quedó el odio, pero el amor y el ruido prendieron en la llama revolucionaria de la música de Juantxo. 

Sobraban corazones para cantar contra la falta de ellos de la oligarkía.
El final fue, sin duda, apoteósico. Tras una breve bajada de telón, Juantxo reaparecía con inmejorable escolta. Los chicos de Asesinos Cereales habían subido a escena para cerrar el concierto con seis cañonazos de ska, oi! y punk. El formato eléctrico y la imprescindible sección de vientos, prolijamente acomodados, como si Juantxo y Asesinos se hubieran pasado media vida tocando juntos, posibilitaron algunos de los temas más esperados y deseados, como “Skalari rude klub”, “Todos los hinchas”, “Puto alcohol”, “Jaia”... y por supuesto, “Solo vivir”. Ahora era el Salón Pueyrredon el que reventaba. Un broche de oro a dos noches de agitación que esperamos tengan una segunda parte pronto. Queremos pan, queremos vino y, sobre todo ¡queremos más! Eskerrik asko, Juantxo!
Nota - Asel 

JUANTXO SKALARI - En vivo version acustico en la Cultura del Barrio 2013

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